Este gobierno, debido a su insaciable ambición y a su pregonada estulticia, deberá llevar en los lomos la muerte de dos magistradas. Sofía Martínez Huerta, retirada a punta de demandas del cargo de presidenta del Tribunal Superior de Justicia y Yolanda Cecilia Castañeda, obligada al retiro, a pesar de ser inamovible. Todavía están vigentes las imágenes de los libros, documentos y enseres de la magistrada en el estacionamiento del edificio principal del Poder Judicial.
A la magistrada la corrieron como a un inquilino que no pagaba la renta, echaron sus cosas a la calle, sin importarles la ley, sin importarles su edad. Hoy se informa sobre la muerte de la exmagistrada del Poder Judicial, Yolanda Cecilia Castañeda, quien acuñara una frase como una sentencia: «Ya cualquier pendejo puede ser magistrado».
Por supuesto, la frase original es antes que ella. Sin embargo, en Veracruz ella se atrevió a hablar de la “pendejocracia”, esa forma de gobierno que ya es una doctrina en la Cuarta Transformación. Porque en estos días ya cualquier pendejo puede ser presidente, gobernador, magistrado, alcalde, diputado, secretario de gabinete, director y hasta periodista. Descanse en paz la querida magistrada.
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