La perversión del presidente López Obrador ya no conoce escalas. Primero injurió a uno de los que discursarán el domingo en la marcha a favor del INE, al ministro en retiro José Ramón Cossío Díaz a quien calificó de corruptazo, conservador e hipócrita. Pero eso no le basta. Trascendió que desde presidencia se dio línea para que se diga que los que marcharán el domingo 26 de febrero a favor del INE, son los que apoyan al narco, los que apoyan a Genaro García Luna.
Señala el periodista Carlos Loret de Mola: «Una cosa es cobrar las facturas a quienes encumbraron a García Luna, y otra cosa es decir que los que van a manifestarse el domingo en el Zócalo quieren defender al exsecretario de Seguridad Pública aliado con el narco».
Por supuesto, la marcha genera miedo al presidente, quien ya se dio cuenta que la convocatoria para defender el voto es alta, y no sólo en la Ciudad de México, sino en varias ciudades de la República. Ese miedo lo vuelve más agresivo, más soez, más desesperado, más iracundo, más tirano. Ahora su finalidad es desprestigiar un movimiento legítimo.
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