Desde el pasado 9 de febrero, movimientos animalistas se dedicaron a que la policía tomara cartas en el asunto. Sin embargo, fue hasta el día 13 de febrero que un juez emitió una orden de allanamiento. Cuando la policía ingresó a la vivienda, encontraron un lugar apartado donde la acusada tenía perros y gatos vivos que iba a sacrificar.
En la declaración que la detenida brindó a la policía reveló que los gatos y perros que asesinaba, los conservaba en el refrigerador para después absorber su energía y vivir más. La mujer dijo que realizaba rituales diabólicos para poder extender su vida. La policía incautó el domicilio y los grupos animalistas rescataron a los perritos y gatos que se encontraban en condiciones deplorables.