Pero también está Sofía Martínez Huerta, otra mujer violentada por Éric Cisneros: «Cuando dije que no iba a renunciar al secretario me amenazó, que no era prudente por mi familia, que estuviera cerca, que tenía muchas pruebas, videos y le respondí que los presentará a las instancias que correspondan, porque yo voy a defender mi honorabilidad y mi trabajo». Pero Cisneros Burgos, violentador de mujeres, se tira al suelo para que los medios a sus pies lo levanten.
Dice que a él lo atacan por ser negro: «A lo largo de la historia nos han querido discriminar, hace 500 años a los negros los amarraban del cuello y de los pies». Pero Cisneros Burgos no es negro, si acaso prieto; lo qué tiene negra es el alma, pues sólo un sujeto como él, prepotente y cobarde, puede tratar así a las mujeres.
