Ya lo hemos señalado, una cosa es la ley y otra cosa es la justicia. A veces las leyes son tan imperfectas que no alcanzan a la justicia. Por ejemplo, en México una persona puede robar millones de pesos, gozar y presumir esos millones de pesos como dinero bien habido, pero cuando los alcanza la ley, los obliga a devolver parte de lo robado y con ello el Estado siente que ya se reparó el daño causado. Eso es lo que busca Emilio Lozoya, quien ofrece sólo una parte de lo robado para salir de la cárcel.
Eso mismo ofrece Inés Gómez Mont, quien robó a manos llenas junto con su esposo Víctor Manuel Álvarez Puga, un acuerdo reparatorio, devolver unos cuantos millones de pesos y asunto arreglado, a seguir gozando de lo robado. En un comunicado que diera a conocer en sus redes sociales, las mismas donde presumía sus bolsos de un millón de pesos cada uno, la Gómez Mont asegura que ya llegó a un acuerdo reparatorio con el gobierno federal.
Ella dice que ya devolvió 13 millones y medio de pesos, y que con eso el gobierno debe darse por bien servido y debe dejar de perseguirla. No basta, ella robó más. Los mexicanos no queremos acuerdos reparatorios para que los ladrones devuelvan sólo una parte de lo robado, queremos que los ladrones como Emilio Lozoya, Inés Gómez y Víctor Manuel Álvarez Puga vayan a la cárcel.
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