Los escoltas repelieron la agresión, de modo que Rubén Darío pudo encontrar refugio en el Cereso de Cancún. Los agresores lograron darse a la fuga, mientras que el reportero fue atendido por elementos de Seguridad Pública.
Inmediatamente se organizó un operativo para dar con los agresores, pero hasta el momento no ha sido posible localizarlos. Vale mencionar que el 2022 ha sido hasta el momento el año más mortal para los periodistas. Este 2023 no pinta que vaya a ser mejor.