Edgar Hernández* / Anote el martes 24 de enero como la fecha en que se consumó el destape de Sergio Gutiérrez Luna.
Bastó que el siervo de AMLO, el corcholato, Adán Augusto López expresara que los “malquerientes de Gutiérrez Luna se van a topar con pared” -en alusión a su principal opositor Cuitláhuac García- para que la cargada Morena se volcara en un inacabado “¡Gobernador!, ¡Gobernador!, ¡Gobernador!
“¡Si el pueblo se amacha que así sea!”, remató el mensajero del gran elector.
“¡El pueblo es el que manda, así nos lo enseñó López Obrador!”, devolvió “gutierritos” en agradecimiento.
Se cumplía el rito de que la política es de circunstancias.
Adán Augusto, no se sabe si en su papel de aspirante presidencial, de secretario de Gobernación o mensajero del Peje, cumplió con su encomienda de marcar el futuro 2024-2030 de los veracruzanos.
Desde luego que don Adán solo es el mensajero del Diablo.
Incapaz de brincarse las trancas, menos rebasar al gran elector o jugar a su conveniencia.
El “destape” de Gutiérrez Luna fue una orden presidencial.
Apenas la semana anterior el aun secretario de Gobernación vino a sentir el calor jarocho en su favor, a pulsar la división entre Nahalistas, las necedades y poca habilidad política de Cuitláhuac, a descubrir las pretensiones de los ensarapados de Ahued y a enterarse de la “actividad” de los partidos de oposición.
Ya con el pulso de la tercera reserva electoral del país, más rápido que aprisa regresó a Palacio Nacional para enterar a su patrón quien lo manda de retache para “destapar” a Gutiérrez Luna, dejarle en claro que la Nahle no será y que la flota morena se tiene que sumar “¡sí o sí!” .
Desde luego que en el mensaje va implícito que si bien el presidente, confía en Rocío Nahle, de que el primero de julio “Dos Bocas” escupirá el primer litro de petróleo, guarda sus reservas.
López Obrador bien sabe que la Nahle mintió al incumplir con el compromiso el año pasado de entregar la refinería y gastarse además más del doble -240 mil millones de pesos- en la construcción del elefante blanco.
¿Por qué ahora si tendría que creerle?
Pero, además si así fuera ¿Por qué necesariamente le tendría que pagarle a la zacatecana con la gubernatura de Veracruz, sobre todo luego que su reputación está bajo sospecha y en lo político-electoral se ha ganado el repudio de los veracruzanos?
El caso Cuitláhuac.
El enviado presidencial -señor Adán ¡Por favor!- que ahora fulgura más que Claudia y las otras corcholatas- también le entrega un claro mensaje al gobernador de que más le vale empezar a construir el camino a Gutiérrez Luna, olvidarse de las rencillas con el Partido Verde y también de esos viejos amores descartados, Rocío y la comadre de esta, Claudia Sheinbaum.
Su obligación, a guevito y a la de ya, es pavimentar el camino de su enemigo; sumar a los morenos, abrir espacios para el hijo de Fidel Herrera y Silva.
¿Qué más?
Darle el billete a don Gutiérrez para su campaña y garantizar la victoria electoral que deberá rebasar el 1.7 millones de votos para el candidato a gobernador y más de dos millones para el presidencial en función de que el patrón electoral subió exponencialmente a más de 6 millones de electores.
Así de fácil, así de difícil.
Al Cui, el centro le toleró todas sus pataletas, las embarcadas al Presidente, el amacharse con Nahle hasta convertirse en su mozo, el disponer de carretadas de dinero para fingir arrastre electoral, pero la política es de un acierto, un error.
Cuitláhuac ya lo cometió y tiene que pagar.
Si llega Gutiérrez Luna tendrá que pagar necesariamente los platos rotos ya que el triunfo de Morena no es para la compra de impunidad, sino en pago a haberle entregado el poder.
Así es la política.
Para los otros calenturientos por la silla, tendrán que bajarle como ya lo hizo el alcalde de Xalapa, Ricardo Ahued, que andaba de un inaguantable con sueños de opio calentado por sus cercanos a quienes el pasado fin de semana les dijo: “¡denme por muerto!”.
Premio de consolación habrá, sin duda, para los equiperos morenos.
Ahí está en primera fila el diputado Juan Javier Gómez Cazarín, quien se ganó la confianza del otro López, de Adán, quien en caso de llegar tiene garantizado su futuro legislativo.
En días pasados estuvo en Campeche donde fue a hacer algunos amarres con su brother y de paso fue a Tabasco a cumplir una orden expresa de Adán López. Anda operando y, lo más importante, México confía en él, al igual que en Zenyazen…
Manuel Huerta se equivocó al jugar con Ebrard; el Bola #8 se equivocó al jugar con la secretaria de Energía y al de Finanzas y Planeación alguien le dijo que podía ser gobernador y está volando tan alto como el madrazo que habrá de darse cuando lo bajen.
Gutiérrez Luna en los cuernos de su apellido ya trae equipo. Ahí está Carlos García Méndez, un educador en la línea de arranque y ya trae garantizado el respeto de los Yunes del Estero, no se meterán.
Veracruz siempre tan adelantado en política.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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