Dicen que la grandeza de un hombre no se mide por las riquezas que adquiere, sino por su integridad y su habilidad de afectar positivamente aquellos que le rodean. Dentro de muy poco tiempo, los mexicanos serán testigos de la estatura e integridad de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Lucía Piña Hernández, ante las acciones de inconstitucionalidad cinco de 10 promovidas por separado por el PAN, PRI y PRD para impugnar el Plan B de la reforma electoral del presidente López Obrador, que aprobaron los legisladores de Morena y rémoras y que a todas luces viola varios preceptos constitucionales.
No será un día de campo para los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ellos saben que será un férreo enfrentamiento contra el representante del poder ejecutivo federal. Tenga por seguro que, la presión y toda la maquinaria morenista buscará influir en su decisión.
Por otro lado, el bloque opositor confía en los antecedentes de la ministra y su forma de votar en el pasado en temas que le interesaban a AMLO promover. No hay que olvidar que de 18 resoluciones que le interesaban al presidente, la actual presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña Hernández, sólo les apoyó en tres.
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