Pero no, para dilatar la decisión, Enrique Graue ha salido a decir que se invitó a la plagiaria a explicar el porqué del plagio. Una mujer que negó el plagio, que lo sigue negando, que incluso acuso ser ella la víctima y que a pesar de haber entregado su tesis un año después, ella se dice la plagiada.
Una mujer a la que se le ha comprobado que la tesis con la que se licenció es copia de una anterior, que se quiso coludir con su asesora, que resultó ser toda una pilla, solapadora, ¿qué puede ir a decir a la UNAM? Pues va a repetir lo mismo, a decir que es inocente, que ella fue la plagiaria, tratando de pasar por encima de los académicos que investigaron su fraude.