Independientemente de su delicado estado de salud, Alejandro Gertz Manero, mandamás de la Fiscalía General de República (FGR), ha sido un mal funcionario. Sus trastupijes y uso faccioso de esta institución han quedado como constancia de ello. Bajo el manto protector del amo y señor de la 4T, este funcionario ha hecho lo que le viene en gana; sus resultados en procuración de justicia son pírricos.
Sin embargo, a pesar de los malos deseos de sus detractores, Alejandro Gertz Manero se mantiene firme en el puesto. Es cierto que muchos ya lo ponían con un pie sobre la tumba, no obstante, aún sigue reportando sus actividades al número uno del país.
Y es que, su presencia es vital y necesaria para que López Obrador se mantenga informado, es un secreto a voces que el súper fiscal tiene una sofisticada red de espionaje que le permite conocer la rutina, antecedentes y movimientos financieros de sus detractores y adversarios políticos dentro y fuera de su partido. Por tal razón, la zopiloteada que le han dado tendrá que ser para otra ocasión.
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