Edgar Hernández*
El legislador moreno se dispara al cielo.
Con la bendición del Presidente López Obrador, el aval de Adán Augusto, la venia de Claudia y el respeto de Ebrard y Monreal, el dirigente cameral Juan Javier Gómez Cazarín, quedó como responsable único de Morena en Veracruz para el desfile de los cuatro fantásticos.
De aquí al “destape” será quien coordine –sin moscas en medio- la presencia de las corcholatas en la entidad.
Al igual que operó y tendió la alfombra a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México y la del titular de Gobernación en sus visitas a la entidad, ya prepara el escenario para dar la bienvenida a Marcelo Ebrard.
El canciller, siguiente en la lista, tentativamente escenificará en Xalapa su primera visita teniendo garantizado piso parejo y respeto absoluto.
Seguirán en ese orden de presentación, bajo la tutela del de Hueyapan, Ricardo Monreal para concluir con Gerardo Fernández Noroña.
Queda fuera de ese manejo propagandístico Eric Cisneros, quien de hecho fue desplazado desde la primera visita de la Sheinbaum el año pasado.
Su carácter irascible, ausente de diálogo y concertación, impidió que fuera el operador del proceso sucesorio en donde para Veracruz, ya se vislumbra una terna, de dos, Rocío Nahle –por quien el propio Gómez Cazarín se ha manifestado en abierto y Sergio Gutiérrez Luna, Plan “A” del Plan “B” de Adán.
Para el Bola #8 quedará entonces, de acuerdo a las últimas decisiones tomadas desde Palacio Nacional a donde han acudido tanto Cuitláhuac García como éste, ser la cara oscura de la elección en donde jugará de enlace con el crimen organizado.
Ello no le costará mucho trabajo.
De Gómez Cazarín ha cultivado sus méritos. De junio del año pasado a la fecha, se ha ganado muestras de simpatía de parte del Presidente López Obrador.
La primera la hizo patente ante Cuitláhuac, luego de la elección intermedia en junio del año pasado, donde le reconoció el trabajo pre electoral realizado en Tamaulipas que dio lugar a la victoria a Morena en una plaza que tenía perdida.
Cazarín operó y operó bien a juicio del presidente.
El segundo reconocimiento, éste de carácter público, lo acaba de hacer el “corcholato” Adán Augusto López en su pasada visita a Veracruz en donde lo reconoció por su capacidad de conciliación y lo abrazó de tal manera que casi ahoga al petiso.
Con Ebrard, que no es bien visto por el Cuícaras, Cazarín ya tomó contacto en buenos términos; ya le hizo la propuesta de plaza y quedaron en reunirse con sus equiperos para una eventual conferencia magistral en el marco de un evento masivo tipo WTC.
El plato fuerte y que más morbo ha despertado entre los morenos, será el encuentro entre el Senador y el gobernador tras la escalada de insultos y ofensas del Cuícaras contra el propio Presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal.
El haber encarcelado además a su más cercano colaborador, José Manuel del Río Virgen, inventándole delitos que nunca cometió y prácticamente cerrarle las puertas de Veracruz a todo llamado del Senado de la República, desacatando incluso a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, marcó un abismo de tal magnitud que incluso molestó al propio López Obrador.
Ricardo Monreal será, sin embargo, bienvenido.
Gómez Cazarín será el responsable no de la reconciliación, sino de la coordinación de esfuerzos entre Morena y el aspirante para que en un marco de total respeto e igualdad se luzca en la plaza que acuerden.
Ya hubo un primer contacto sustentado en el total apoyo partidario y elección tribuna correspondiente en la localidad que se determinará en lo futuro… ¿Será Cazones?
Aún no hay fecha de visita.
Se ignora si cuando Monreal pise territorio veracruzano el gobernador acuda a aplaudirle y decirle que es de lo mejor. Todo indica que no, sin embargo, las órdenes superiores son en el sentido de bajarse los calzones y para eso se pinta solo.
No poco trabajo espera pues, a este operador presidencial que, desde luego a nivel local trae alianza con un secretario del gobierno de Cuitláhuac, por si no llega la Nahle, ni gutierrítos y desde Palacio Nacional se eche mano a uno local que garantice una nueva paliza a la menguada oposición partidaria.
Este acuerdo es con un secretario de despacho no con un alcalde.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo