Rocío Nahle hizo quedar mal al presidente López Obrador. Una obra que estaba presupuestada en 8 mil millones de dólares, terminará costando más de 20 mil millones de dólares. Informa el periodista Carlos Loret de Mola que el presidente estalló cuando le hicieron ver que la secretaria de Energía probablemente estaba haciendo las cosas mal, probablemente estaba robando: «¡Ella no es ratera, ella no se robó nada!». La realidad muestra lo contrario. La periodista Lourdes Mendoza reporta la relación cercana entre la secretaria de Energía, aspirante a gobernar Veracruz y el empresario Juan Carlos Tapia, relacionado a los sobornos de Odebrecht a Pemex y acusado de operaciones de huachicoleo.
Señala la periodista que a pesar de que CITAPIA está inhabilitada por la Secretaría de la Función Pública, Juan Carlos Tapia sólo le cambió de denominación a la empresa y le puso MEPI; con este nuevo nombre es que está operando en Dos Bocas, con contratos millonarios. Señala la periodista: «El 13 de diciembre, cuando el PAN en la Cámara de Diputados presentó un punto de acuerdo para solicitarle a Nahle informar sobre la contratación de MEPI en Dos Bocas, pese a su ‘notoria inexperiencia’. El diputado Héctor Saúl Téllez planteó en la solicitud, que se turnó a comisiones, que a pesar de la reciente creación y falta de experiencia de MEPI, recibe contratos multimillonarios para edificar una obra especializada y de valor estratégico como la Refinería Olmeca, en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco».
Aquí habría que preguntarle al marido de Rocío Nahle, que es quien se encarga de dar el visto bueno a los contratos; o quizá deberíamos preguntar a José Ramón López Beltrán, que es otro de los que palomea a las empresas que operan en Dos Bocas. Por eso, porque sus hijos están metidos en el negocio, es que López Obrador no puede creer que la Nahle le esté robando.
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