Morena: Rebelión en la granja

Ricardo Mejía Berdeja FOTO: WEB
- en Opinión

Irineo Domínguez Méndez / Era de esperarse, pero no tan pronto; mucho menos donde el riesgo de perder una elección es mayor. Sin renunciar al partido Morena Ricardo Mejía Berdeja será postulado como candidato a gobernador por el Partido del Trabajo en el estado de Coahuila. Actuando como “chimoltrufio”, como dijo una cosa dijo otra. Primero culpó al “moreirismo” de perversos por estar difundiendo noticias falsas respecto de su renuncia a su empleo y salida del partido Morena, después salió con que siempre sí era verdad. Lo sobresaliente de tal conducta es que uno de sus objetivos se logró: engañar hasta a Amloco, a quien le dejó botado el cargo, cumpliendo su deseo de renunciar para poder competir en el proceso electivo de su Estado. Dar a conocer la expulsión que sufrirá del partido Morena le será beneficioso. La venganza en contra de una encuesta falaz se está gestando.

Este exmoreno es el primero que, de manera directa, desafía el autoritarismo del Presidente. Utilizando un lenguaje adulador presentó su renuncia al cargo sin mencionar su razón. Fueron los medios de comunicación los que informaron de ella: su destape anunciado por el dirigente nacional del PT: El Profesor Alberto Anaya. Ricardo Mejía se reveló en el momento menos esperado, pero el más oportuno para él.

En el escenario creado por su postulación se percibe la posible derrota de los morenos en Coahuila. Aunque un poco tarde, su renuncia y candidatura son el regalo de “reyes” para Amloco y morenos. Bien lo pronosticó el senador Armando Guadiana Tijerina, candidato electo de Morena, al manifestar su temor de que podría “hacerle el juego a la alianza opositora”. Las encuestas indican un empate técnico entre los morenos y la oposición; ahora, Ricardo Mejía parece inclinar más claramente la balanza hacia el lado de la oposición.

El hecho en comento tal vez no representa la debacle de los morenos; pero, cuando menos, sí detendrá su crecimiento. Conservar el estado de Coahuila será un aliciente para la oposición. Lo que de ninguna manera favorece el desarrollo democrático en ese lugar; esto en virtud de ser gobernado por una familia que se ha convertido en cacique político. ¿Cuál es el mal mayor: la continuidad del moreirismo o el arribo al poder del morenismo? ¡La pregunta que la conteste el diablo!

Es previsible que para el proceso electivo de candidatos a diputados locales en esta entidad exista un reacomodo de fuerzas. Pudiendo ser el partido Morena el más perjudicado, Mario Delgado está perdiendo el control del rebaño moreno como perdió los estados de Durango y Aguascalientes; una tercera derrota será suficiente para exacerbar más su cuestionada dirigencia espuria, surgida de una elección de estado, según dicen sus correligionarios.

La ruptura de la alianza por parte del PT puede redituarle buenos dividendos a este partido. Recordemos lo sucedido en San Luis Potosí, estado en el cual los aliados postularon a José Ricardo Gallardo Cardona y obtuvieron la gubernatura; no aceptaron la candidatura de Mónica Rangel, que fue apoyada por Morena. El PVEM y PT se percataron de la encuesta patito que colocaba a la dama en primer lugar y decidieron irse por la libre. Tal vez Ricardo Mejía no gane, pero de que le hace un “boquete” a su expartido nadie lo duda.

Los efectos de esta renuncia llegarán hasta la elección del 2024. La oposición, sin embargo, también sufre deterioro debido a las luchas intestinas que tienen el propósito de mantener el poder dirigente. El PRIANPRDismo sufre el enquistamiento de dirigentes eternos e ilegales y con tendencias derechistas. Sus bases están muy molestas y también existe la posibilidad de emigración de muchos de sus militantes y simpatizantes hacia otros partidos, principalmente a Morena.

Enfrente, la alianza “Juntos Haremos Historia”, fracturada parcialmente; pudiera calificarse como traicionada por el PT. La praxis política muestra que las alianzas son puramente con fines electorales; los principios y valores que pregonan “valen lo que se le unta al queso” (el que sabe qué, que ilustre al que no). Resulta interesante conocer las manifestaciones que hará el partido Morena al respecto y el propio Amloco. Por otro lado, nadie pone en duda que el PT busca su supervivencia y atacar el bipartidismo deseado por el PAN y Morena. Es posible que el PT pague la factura en el 2024.

La coyuntura política muestra un plan con estrategias y tácticas que utilizan los partidos, semejante a una “guerra de guerrillas mediática”; la diatriba utilizada por los partidos de oposición busca desgastar al gobierno y ganar mejor posicionamiento político electoral. Desafortunadamente, sus críticas tienen efectos de bumerang. Calificados como conservadores son incapaces de devolver el mismo concepto a los gobernantes y dirigentes de los partidos en el poder; quienes buscan su permanencia en esos puestos ignorando los postulados que los llevaron a conseguirlo. Tal incapacidad hace infructuoso el esfuerzo de fortalecer su posicionamiento.

Los discursos de la oposición han sustituido a la movilización de las masas y la retroalimentación entre ellos es inexistente. Un ejemplo: el gobierno promueve la motivación de las reformas a través de sus corcholatas a ras de suelo; es decir, tienen contacto personal con el pueblo; en cambio, la oposición utiliza los medios de comunicación sin ningún efecto colectivo ni trato directo; “gastan” sus recursos en el uso de seudo intelectuales, cuyas opiniones han perdido credibilidad; esto en virtud de verlos convertidos en millonarios por beneficios recibidos de gobiernos anteriores, gracias a su labia.

Una estrategia positiva sería promover la rebelión en la granja morenista. Para ello, el sacrificio de aspirantes propios se hace condición sine qua non. Ceder espacios a aspirantes desechados por las encuestas patito de Morena es el laboratorio donde puede probarse esta teoría; en este caso las elecciones de Coahuila es la vía.

Otro si digo. – Ricardo Monreal sigue “vivo políticamente”, es un resiliente. Los morenos evitan convertirlo en víctima en vísperas de dos procesos electorales de este año. El miedo no anda en burro, está en las urnas.

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