Dice uno de los poemas más célebres de Borges: «¡Dios mueve al jugador, y éste, la pieza/¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza». Es pertinente la cita cuando nos enteramos que hay 11 detenidos por el atentado cometido en contra del periodista Ciro Gómez Leyva. 11 sujetos pertenecientes a una banda de extorsionadoras y secuestradores. Para lograr la detención de estos 11 sujetos se catearon 12 domicilios; antes por supuesto se realizó una investigación seria que dio con los que participaron en el atentado.
Sin embrago, como señala el periódico El Universal: «¿Qué lleva a un grupo delictivo, al parecer de poca monta, a atentar contra la vida de uno de los periodistas más conocidos de México? ¿A cuenta de quién y por qué?». Hay alguien detrás del atentado en contra del periodista, alguien que es poderoso y que tiene recursos suficientes para contratar a esta banda de peones sacrificables.
Un personaje tan poderoso al que no le importó atentar contra uno de los periodistas más reconocidos del país. ¿Pero quién? Como dijera el poeta argentino: «Qué Dios detrás de Dios la trama empieza».
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