El presidente López Obrador se ha vuelto tan predecible. Sabíamos que después de que su íntima Yasmín Esquivel fuera rechazada como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, López Obrador iba a mantener la herida abierta hasta desangrase. En la mañanera de este miércoles el presidente se lanzó contra el académico Guillermo Sheridan, el intelectual que descubriera el plagio de Yasmín Esquivel. Sheridan encontró en los archivos de la biblioteca de la UNAM que había dos tesis de licenciatura con el mismo título y contenido similar y que habían sido asesoradas por la misma académica.
Esto desencadenó una investigación por parte de la UNAM que determinó que la tesis original era la que presentó en 1986 Edgar Báez, la de 1987, de Yasmín Esquivel, es la copia. Quizá por este descubrimiento los planes del presidente se vinieron abajo, la esposa de su amigo José María Riobóo fue defenestrada, excluida de la elección en la SCJN. Pero AMLO no se iba a quedar callado, fiel a su naturaleza rencorosa, se fue contra el que echó abajo sus planes.
En la conferencia mañanera de este miércoles declaró: «Lo que le molesta es de que ya no reciben dinero del gobierno porque ya se habían acostumbrado. Este Sheridan con Krauze hacen una revista Letras Libres, y tiraban 10 mil ejemplares y el gobierno les compraba 9 mil y las vendían carísimas, y libros, daban cursos de formación y es el mismo esquema de Aguilar Camín y su equipo, editaban libros, contenidos de libros a la medida. Entonces ese es el asunto de fondo». Habría que preguntarle al presidente, ¿de qué murieron los quemados?
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