Finalmente, Norma Lucía Piña es la nueva presidenta de la SCJN. Yasmín Esquivel sólo tuvo un voto, seguramente alguien igual a ella

Norma Lucía Piña es la nueva presidenta de la SCJN FOTO: WEB
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Armando Ortiz / Estaba muy difícil que Yasmín Esquivel llegara a ser la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. De elegirla a ella después de comprobarse que cometió plagio en su tesis de licenciatura, habría arrojado al desprestigio y ridículo a una de las tres instituciones que sostienen a este país. Al final, después de una tercera ronda, la ministra Norma Lucía Piña, con 6 votos a favor, que superaron los 5 votos que obtuvo el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, una mujer será por primera vez presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Yasmín Esquivel sólo obtuvo un voto en la primera ronda. ¿De quién? Seguramente de la ministra Loretta Ortiz, una de las mujeres recomendadas a la SCJN por el propio López Obrador. En su exposición para obtener el voto de sus compañeros, Yasmín Esquivel tuvo el descaro de defender su tesis de licenciatura, la cual queda claro que plagió. Haciéndose la víctima la ministra plagiaria declaró: “Hay quienes por razones económicas cupulares o políticas quisieran debilitar a esta Corte y yo no me presté ni me prestaré a ello y por eso actué con rapidez a efecto de contener los embates que se pudieran dar hacia mi persona o hacia el Poder Judicial de la Federación y sobre todo que la verdad sea pública y publicitada”. ¡Vaya caradura! No es consciente la ministra cuanto lodo arrojó, a cuanta gente metió a su lodazal. Afortunadamente la UNAM no le siguió el juego y la mayoría de los ministros tampoco creyó en su inocencia, en su papel de víctima.

Nada le sale bien a López Obrador. Quiso imponer a una plagiaria en la SCJN y se la echaron para atrás. A AMLO le espera un asiento seguro en el tren del ostracismo

Por Yasmín Esquivel sólo voto la ministra Loretta Ortiz, una recomendada de AMLO en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El resto de sus compañeros ministros, 10 en total, le dieron la espalda, no sólo porque se convencieron de que es una plagiaria, sino porque la señora urdió una trama macabra para esconder su delito. Obligó a académicos a que le dieran cartas de recomendación como una buena alumna, se hizo la víctima, presentó declaraciones falsas ante notario público y terminó empuercando a la Fiscalía de la CDMX, quien aceptó sus pruebas falsas y su versión, sólo para exculparla; algo que no sirvió de nada, pues los ministros no creyeron sus mentiras. La recomendada de López Obrador, esposa de su contratista favorito, José María Rioboó, fue defenestrada, arrojada a la ignominia. Lo que sigue es que los propios ministros le pidan que renuncie a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque esperar que ella lo haga por dignidad es esperar demasiado. Al parecer nada le sale a López Obrador, quien no pudo con el INE, lo que obligó a que lo violentara con su Plan B. Su reforma eléctrica tampoco le salió y así, una a una le han echado abajo sus descabellados proyectos. Le quedan menos de 2 años a López Obrador y lo mejor que podría hacer el presidente es reconciliarse con los mexicanos, de otro modo lo que le espera es el ostracismo, un asiento en el mismo tren que un día abordaron Díaz Ordaz, Echeverria y Vicente Fox.

López Obrador, más mentiroso que Donald Trump. El presidente mexicano triplica en mentiras al norteamericano

Las declaraciones mentirosas de Donald Trump eran peligrosas. Como aquella vez que dijo que con “una inyección de desinfectante” o con “luz solar” se curaba el coronavirus. Hubo quien siguió su consejo y tuvo que pagar las consecuencias. Las mentiras de López Obrador también han sido peligrosas, como esa ocasión en que dijo, en medio de la pandemia de covid-19, que saliéramos a los restaurantes: “No dejen de salir, yo les voy a decir cuándo no”. A los pocos días tuvo que recular ante la cantidad de contagios que hubo. Recientemente volvió a decir que en 2023 los servicios de salud de México iban a ser como los de Dinamarca; incluso se atrevió a decir que todos los enfermos de covid fueron atendidos en los hospitales, que no hubo enfermo que muriera en su casa. De hecho, según datos de SPIN-Taller de Comunicación Política en las conferencias mañaneras del presidente López Obrador se dicen cuando menos 103 mentiras en promedio. Es decir, en cuatro años el presidente de México a triplicado en mentiras al presidente Donald Trump. De acuerdo con los datos recabados por SPIN-Taller de Comunicación Política el presidente de México ha dicho 101 mil 155 mentiras, por su parte The New York Times documentó 30 mil 573 mentiras por parte del presidente Donald Trump. ¿Qué tipo de mentiras dice el presidente? El estudio señala que algunas mentiras en realidad son afirmaciones que no se pueden probar.

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