Dos mujeres conflictuadas

Yasmín Esquivel Mossa y Rocío Nahle García FOTO: WEB
- en Opinión

Bernardo Gutiérrez Parra / Quizá a la hora que leas estas líneas lector, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sigan en sesión de la que no saldrán hasta que tengan un nuevo presidente o presidenta de entre cinco aspirantes: dos mujeres y tres hombres.

Lo interesante no es tanto quien resulte ungida o ungido, sino saber qué va a pasar con la pasante de derecho Yasmín Esquivel Mossa, que a pesar de que está usufructuando un puesto de ministra, podría resultar electa presidenta de la SCJN. Esto cuando existe “un alto nivel de coincidencias” entre la tesis que presentó en 1987 con otra presentada en 1986 y por la que la están acusando de plagio.

Lo patético del caso es que a pesar de las evidencias en su contra, Yasmin sostenga que es la plagiada y no presente más pruebas que las de un par de sinodales y su directora de tesis, Martha Rodríguez Ortiz, que aseguran (así nomás de palabra), que el trabajo de Yasmin es original y no plagió a nadie; cuando la propia Rodríguez Ortiz dirigió otras dos tesis iguales a la presentada en 1986 por Édgar Ulises Báez, el plagiado.

Desde que en vísperas de Navidad el portal Latinus y el catedrático de la UNAM Guillermo Sheridan dieron a conocer el plagio, Esquivel Mossa lo ha negado de una manera poco ortodoxa y ha recurrido al guion de la 4T que no es otro que victimizarse, además de apelar a una frase muy socorrida: “Me atacan por ser mujer”.

Yasmín llegó al descaro de presentar una carta notariada donde “el otro alumno” habría aceptado que es el plagiario. Pero ese alumno que no es otro que Édgar Ulises negó en entrevista con el portal Eje Central tamaña mentira. “La lógica lo disipa todo; el que se titula primero evidentemente tiene el texto original”, dijo el abogado.

Si hubiera una sola prueba, por mínima que fuera a favor de Yasmin, se le daría el beneficio de la duda. Pero este beneficio vuela en pedazos cuando te das cuenta lector que su tesis es idéntica casi de principio a fin a la tesis de Édgar.

Con tanto en contra era para que en un momento de sinceridad consigo misma Yasmin presentara su renuncia y ofreciera una disculpa pública. Pero el cinismo de la señora no conoce límites: “Yo no plagié, me plagiaron” y de ahí no la van a sacar. Ese cinismo aderezado con desfachatez, falta de ética, inmoralidad, perversidad y hasta bajeza, la pueden llevar a ocupar la presidencia de la SCJN con lo que el Poder Judicial habrá perdido su autonomía.

Si esto sucede, a Andrés Manuel le faltará ir por el INE para que la poca democracia que tenemos se vaya al diablo. Y en este atentado contará con los valiosos servicios de la pasante de derecho habilitada como presidenta del máximo tribunal del país, Yasmin Esquivel Mossa.

Veremos.

Otra que trae el santo de espaldas es Rocío Nahle, que el 8 de diciembre anterior llegó a su comparecencia en el Senado cargando un costal así de grande de cifras alegres sobre la refinería de Dos Bocas. Cifras que los senadores Xóchitl Gálvez y Julen Rementería hicieron pedazos y a ella la hicieron ver su suerte. En su desesperación por la revolcada que le estaban propinando la zacatecana aseguró, sabiendo que mentía, que a fin de ese mes Dos Bocas estaría refinando su primer litro (sí, un litro) de gasolina.

Pero el karma le cayó quince días después.

En su gira por Tabasco el día 23, el presidente López Obrador dijo que el 1 de julio de este año Dos Bocas estará refinando 170 mil barriles diarios de crudo y a partir del 15 de septiembre duplicará su producción.

Me hubiera gustado ver la cara que puso Rocío.

¿El tabasqueño hizo el anuncio después de consultar con especialistas? Claro que no. Fue una orden terminante y tajante para la zacatecana que debió caerle como patada al estómago, porque lo que le están pidiendo es poco menos que imposible.

De acuerdo a estimaciones de Pemex, Dos Bocas operará al 100 por ciento hasta el 2026 y si bien le va, estará refinando su primer barril a mediados del 2024. Es decir, un año después de lo ordenado por el presidente.

Esto lo sabe Rocío Nahle que empieza a ver cómo se le escapa la candidatura al gobierno de Veracruz que hace exactamente un año tenía bien segura y en la bolsa.

Pero también lo sabe Andrés Manuel que no está nada contento con el trabajo de su empleada. A unas horas del nacimiento del 2023 vuelve a sonar el run run que el tabasqueño anda en busca de un plan B para nuestra entidad en lo que la zacatecana echa a andar la refinería y después se va a su casa.

Ah caray, ¿será? Quién sabe lector, lo que si es cierto es que aún tiene seis meses de gracia.

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