El mandatario mexicano en repetidas ocasiones se ha ufanado de que “su pecho no es bodega” y que él se guía por la ley del amor al prójimo. Sin embargo, desde comenzó gobernar, se atrincheró desde sus conferencias mañaneras, para comenzar una guerra contra el periodismo crítico y ha llamado a los periodistas, chayoteros, fifís, y voceros del conservadurismo. Esos ataques se dan en un marco de violencia contra el periodismo.
Tan solo este año, sí, solamente en 2022, han muerto 14 periodistas en la práctica de su oficio y desgraciadamente México ya es reconocido internacionalmente por ser el país más letal para los periodistas en cualquier país del mundo.
Lo cierto es que, el presidente tiene pleito ranchero con los periodistas y no hay para cuando acabar, tan solo hay que recordar que hace unos días, cerca de 180 periodistas, directores editoriales de medios regionales y nacionales, columnistas y comunicadores, publicaron un comunicado pidiéndole que le baje dos rayitas a las descalificaciones contra los comunicadores. Sin embargo, conociendo el talante del tabasqueño, tenga por seguro, que seguirá denostando a los periodistas críticos hasta el fin de su gobierno. Eso, hay que darlo por sentado.
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