Armando Ortiz / López Obrador lamentó el atentado en contra de Ciro Gómez Leyva, pero a los pocos días volvió a llamarlo vocero del conservadurismo. El mismo Ciro le reprochó que un día lamente el atentado que sufriera, y al día siguiente le escupiera la cara con esas acusaciones. Pero ese es el López Obrador al que sus huestes chaires le permiten esos excesos, le aplauden esas actitudes. Ante ese tipo de actitudes un grupo de 177 periodistas hizo un duro llamado al presidente de México para que deje de hostigar a periodistas.
Este grupo de periodistas anotó: “Prácticamente todas las emanaciones de odio hacia los periodistas se incuban, nacen y se esparcen en Palacio Nacional”. Por lo mismo exigen: Exigimos al gobierno que esclarezca el atentado, castigue a los culpables materiales e intelectuales, y que el presidente López Obrador asuma su responsabilidad política en este intento de asesinato.
De no autocontrolarse el presidente López Obrador en sus impulsos de ira hacia periodistas críticos, el país entrará en una etapa aún más sangrienta que ya han experimentado otros países latinoamericanos: “asesinar periodistas para desestabilizar al gobierno, o matar en pago de favores al gobierno”. Por supuesto, conociendo a López Obrador, él va a agarrar esa carta y se va a limpiar el… sudor.
Pablo Monroy, persona non grata en Perú es expulsado. Era parte de la política injerencista del presidente López Obrador
Había reportes del activismo de Pablo Monroy, embajador de México en Perú. Señalan los mismos diputados peruanos que el representante de la cancillería mexicana asistía a eventos políticos, al tiempo que cabildeaba el apoyo de los diputados peruanos para el entonces presidente Pedro Castillo. A esto sume que el embajador de México estuvo dispuesto a dar asilo a Pedro Castillo, una vez que el Congreso peruano los sacó de la presidencia. Por supuesto, Pablo Monroy seguía las instrucciones del presidente López Obrador, quien en su m omento mandó a los funcionarios de Bienestar para que los programas sociales de México se implementaran en Perú.
Pero nada le resultó al presidente. Pedro Monroy fue depuesto, México no le pudo dar asilo y el embajador de México en Perú ya fue expulsado de ese país, al ser considerada persona non grata. La canciller Ana Cecilia Gervasi anotó en un mensaje de Twitter: “El Gobierno del Perú ha declarado persona non grata al embajador de México en el Perú, señor Pablo Monroy Conesa, debido a las reiteradas expresiones de las más altas autoridades de ese país sobre la situación política en el Perú”.
Ah, pero el presidente sigue diciendo que el respeta la soberanía de los demás países, que él no interviene en la política de países hermanos. Pues correr a su embajador de Perú significa que al presidente sí lo consideran injerencista.
Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra
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