Irineo Domínguez Méndez / Por segunda ocasión el poder legislativo se rebela contra Amloco; la primera fue cuando dicho poder aprobó la reelección. De manera pública, clara y contundente el Congreso de la Unión, donde los integrantes morenistas son mayoría, “desobedecen” al Presidente: aprobaron en lo general “El Plan B” de la reforma electoral, incluidos los cambios criticados por él, entre ellos: “pasar votos” a los partidos aliados y, así, ayudarles a conservar sus registros o, incluso, para obtener triunfos electorales; lo que afectaría el reparto de las posiciones plurinominales.
Si fue chantaje o no ya no importa; los partidos denominados “chiquitos” creen que se beneficiarán con la reforma aprobada; afortunadamente, será la Suprema Corte de Justicia de la Nación la que, finalmente, decida su inconstitucionalidad; porque así la calificará en algunas de sus partes. Los partidos PVEM; PT y MORENA quedan exhibidos ante la opinión pública por la posición asumida; los primeros por pedir y el segundo por aceptar se incluyera en la reforma la cesión de votos en favor de aquellos; atentando, así, flagrantemente contra la democracia y la voluntad popular.
Esperemos que la reforma haya excluido la propuesta que planteaba bastaba obtener el 3% de la votación en 17 estados – y que después se elevó a 24 en el debate – para mantener el registro como partido político. De lo contrario, para la oposición será muy fácil demostrar la inconstitucionalidad de la misma. Esto es así en virtud de lo mandatado por nuestra Carta Magna en su artículo 41, fracción I, último párrafo, que a la letra dice: “…El partido político nacional que no obtenga, al menos, el tres por ciento del total de la votación válida emitida en cualquiera de las elecciones que se celebren para la renovación del Poder Ejecutivo o de las Cámaras del Congreso de la Unión, le será cancelado el registro”.
Los “levanta-dedos” del Congreso de la Unión se revelan y tratan de asegurar más reelecciones después de que Amloco se vaya a “La Chingada”, su rancho; unos lo hacen por ignorancia y otros por perversidad. Faltando un tercio del periodo presidencial para la sucesión pareciera que los antes “súbditos” del Presidente quieren dar a conocer al pueblo mexicano el declive del poder que tiene (tenía).
Algunos opinarán que la aprobación de la reforma se hizo de manera consensuada con el secretario de gobernación: Augusto López; de ser así, este puede decirle adiós a su aspiración a la candidatura presidencial. Lo mismo puede pasarle al propio Mario Delgado y compañía en la búsqueda de nuevos cargos; a este sujeto por no controlar a la bancada morenista en el Congreso de la Unión.
Quienes manifiestan que Ricardo Monreal ha roto con Amloco, en mi opinión, están muy equivocados; el posicionamiento político previo que dio a conocer en cuanto a su sentido del voto, así como haber hecho del conocimiento general las inconsistencias legales de la reforma, lo colocó como el más consciente y leal López-Obradorista; él sí atendió correctamente los señalamientos del Presidente. Entonces, no habrá ruptura con su partido ni tendrá consecuencias que le afecten en su relación con aquél.
Andrés Manuel paga el precio de “criar cuervos”, los que ahora se aprovechan de su exceso de confianza en tales cuervos; no solamente le sacan los ojos, sino también se preparan para asaltar y apoderarse del poder. Algunos de los que “votaron a favor” la reforma en comento fueron sus compañeros en el PRD y en el PRI. Si siente algún arrepentimiento, indiciará a quienes lo traicionan y menosprecian; con ello, demostrará su desacuerdo de dejar su partido en manos de quienes, desde ahora, se presumen delincuentes electorales. En otro plano colocará a Ricardo Monreal, quien ha demostrado ser un buen constitucionalista y fecundo seguidor del proyecto político; eso lo reconocerá Amloco. Lo veremos muy pronto.
Por otro lado, vimos conductas “anti-priístas” de los senadores panistas en el debate sobre la reforma del “Plan B”. Los señalamientos contra el pasado priísta, seguramente, fue permitido por cabildeo previo a la sesión. “Alito” dio el visto bueno para que criticaran a priístas de antaño, a los que llaman “dinosaurios”, como bien lo son Carlos Humberto Aceves; Manuel Añorve; Beatriz Paredes y Miguel Ángel Osorio Chong. Tan dinosaurios son los anteriores como los de otros partidos que se han perpetuado en el poder pasando de una curul a otra durante mucho tiempo. La sociedad los identifica muy bien.
La actitud permisiva de Alejandro Moreno para aceptar la crítica a su partido y guardar silencio en nada beneficia al PRI; por el contrario, lo perjudica, pues, los priístas habían defendido todo lo que crearon como instituciones y bien o mal, quienes lo hicieron, merecen reconocimiento. Eso sí, todo es perfectible.
Otro sí digo. – Los gobernadores tendrán que ayudar a Amloco a controlar a diputados y senadores o ¿también están perdiendo poder sobre ellos?