Sin embargo, a pesar de la evidencia que tienen los peruanos sobre la injerencia de México en asuntos de ese país, cuando a López Obrador le preguntan si su gobierno está interviniendo en Perú, el presidente simplemente dice: «No, no, estamos opinando, nada más, allá van a resolver ellos, pero sí es violatorio lo que se está haciendo de la democracia, porque si lo eligió el pueblo por qué lo van a quitar. Ellos tienen que resolver este asunto, pero creo que se extralimitaron».
Olvida López Obrador que hasta esas opiniones son tomadas como injerencia. Cuando México ha recibido críticas, por ejemplo, del congresista Ted Cruz, o del jefe del Comando norte estadounidense, López Obrador ha respondido furioso: «Hay que mandarles telegrama avisándoles de que México no es colonia de ningún país extranjero». Es decir, cuando otros países opinan sobre México si es injerencia, pero cuando el habla sobre Perú u otros países de Latinoamérica, entonces sólo está dando su opinión.