El presidente López Obrador recibe el segundo revés legislativo al rechazarse la reforma electoral que impulsaba Morena, partido que llevó a la presidencia al tabasqueño. Resulta que esta tarde, después de escuchar a 41 oradores, se dio por terminado el proceso de discusión para pasar a la votación. Cuando los morenistas vieron que sólo habían conseguido 269 votos a favor, una abstención y 225 votos en contra, supieron que la reforma electoral de su pastor ideológico había fracasado, ya que para ser aprobada se requería contar con mayoría calificada.
Por cierto, mientras se llevaba a cabo la votación, la oposición coreaba: «¡A eso vine, a defender al INE!». Las enmiendas desechadas y archivadas buscaban desaparecer al Instituto Nacional Electoral (INE) para dar paso a un Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) con eliminación de facultades para integrar y resguardar el padrón electoral y reducir de 11 a 7 sus consejeros integrantes.
Además de eliminar los 32 tribunales electorales de los estados. Todo ello quedo en el pasado. Ni hablar, ahora los diputados morenistas le echarán toda la carne al asador al Plan B.
Comentarios