Cada día que pase en el gobierno, el presidente López Obrador se torcerá más y más. Atrás en el tiempo quedó ese tótem de honestidad y congruencia que, trabajado por el odio, el rencor y la ambición dan por resultado a un presidente que todo lo tergiversa para que se adapte a su manera de pensar, que se adapte a sus intereses. En todo el país, en una evidente y flagrante campaña anticipada, operadores de Claudia Sheinbaum, entre ellos el gobernador Cuitláhuac García, están pintando todas las paredes que les sea posible con la imagen de Claudia Sheinbaum. «Para que siga la Cuarta Transformación #EsClaudia», es el slogan que maneja.
Hace unos días el Instituto Nacional Electoral emitió un comunicado que obliga a Claudia Sheinbaum a deslindarse de la propaganda que buscan influir en el proceso electoral 2023-2024, como la pinta de bardas, paredes, lonas y publicidad en redes sociales.
Sobre esta resolución, el torcido presidente de México se fue en contra del INE: «El INE no se toca, dicen los conservadores. Es una súper estructura de poder. Desde luego de facto, de hecho, porque de manera evidente, notoria, pública, están violando la Constitución, el Artículo 6° y 7° de la Constitución General de la República, pero como no se toca, son los intocables de la mafia del poder, los protegen, hasta hacen marchas los conservadores para proteger ese tipo de violaciones flagrantes a la Constitución».
Es decir, para López Obrador permitir una campaña anticipada es constitucional, pero pedir a un actor político que se deslinde de esa campaña es completamente inconstitucional. ¡Vaya torcida manera de ver la realidad!
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