Antes de cualquier cosa hay que leer bien la invitación en un cartel de la Orquesta Sinfónica de Xalapa: «¿Quieres saber cómo se oía una sinfonía soviética en 1945, el último año de la Segunda Guerra Mundial?». Para ese entonces el sanguinario dictador Joseph Stalin tenía 16 años en el poder y ya había realizado sus purgas políticas, eliminando a todo aquel que no pensara como él, que no estuviera de acuerdo con él (¿A quién nos recuerda esto?). El cártel es más que evidente, es parte de la propaganda estalinista, en la que el “pueblo bueno” era el que mantenía en el poder al dictador (¿A quién nos recuerda esto?). Las banderas rojas, cuasi morenistas ondean en ese cartel que invita al ensayo de una música que por supuesto debió ser también propagandista.
En redes sociales hay personas inteligentes que leyeron de manera puntual el mensaje subliminal que esconde esta invitación: «Amigos, si piensan ir a este ensayo, no olviden llevar hoz y martillo. Lo presidirá el mismísimo Stalin. Solo es para que sus finos oídos se vayan acostumbrando, nada más», comenta la crítica literaria Nina Crangle.
¿De quién fue esa gran idea? Del recto Martín Aguilar Sánchez, ahora conocido como Martín “El Rojo”. Hace unas semanas hacíamos una crítica sobre la Feria del Libro Universitario de la UV, una feria que se puso a los pies de la Cuarta Transformación. No extrañaría que ahora Martín “El Rojo” pretenda, con esta propaganda subliminal, hacer una apología del estalinismo, esa dictadura cruel que sometió a media Europa a la tiranía del comunismo.
Comentarios