Esta justa mundialista debería de servir para hacer una revisión y analizar el papel que juega la Federación Mexicana de Futbol, al igual que el papel que desempeñan las televisoras locales y sus patrocinadores. Y es que resulta muy sospechoso que, habiendo jugadores en mejores condiciones físicas, no hubieran sido convocados Miguel Layún o el Chicharito Hernández.
Por lo pronto, el Tata Martino ya ha hecho sus maletas y se declara como el único responsable de la desilusión de millones de mexicanos. Ni hablar, la maldición de los ratones verdes no se ha ido, sigue presente en la Selección Nacional Mexicana.