Un director técnico que ve un equipo prometedor, con buenos jugadores, disciplinados y brillantes no querría salir. Pero, ¿qué habrá visto el Tata que quiso, hasta en dos ocasiones, tirar la toalla? Pero no lo hizo, y por no hacerlo a tiempo hoy es el villano favorito, sobre todo porque México perdió 2 a 0 contra la selección argentina; la selección del país donde nació Gerardo Martino.
Todo mundo le echa la culpa a él, como si la calidad de los jugadores no contara. México, ya hay que ir haciéndose a la idea, nunca va a ganar una Copa del Mundo; confórmense con que participe.
