Francisco Vargas / Se estima que la marcha del 27 de noviembre para vanagloriar a López Obrador nos costó más de mil millones de pesos, tomando en cuenta principalmente la movilización (según investigaciones periodísticas) de más de mil 700 autobuses de todo el país para acarrear gente a la Ciudad de México, así como la comida e incluso hospedaje de miles de personas que incluso ni siquiera eran simpatizantes del gobierno y que hasta fueron obligadas a asistir.
Como todos sabemos, esta marcha, que en realidad no fue más que un desfile oficialista, fue la respuesta de desesperación a la marcha ciudadana del pasado 13 de noviembre en defensa del INE, con el fin de demostrar que el Presidente y su grupo de políticos en el poder aún cuentan con el respaldo del pueblo, sin embargo, en esta supuesta “marcha oficialista” se evidenció que ni con los cientos de miles de acarreados de los 32 estados del país lograron si quiera acercase a la del 13 de noviembre, ya que tanto las imágenes como la contabilización oficial muestran que no se alcanzó el número esperado, y aunque los números del gobierno publican una cifra (inflada) de un millón 200 mil personas, la realidad es que no se acercaron ni al millón.
Los huecos vacíos tanto en paseo de la reforma, cómo en el propio zócalo en apenas 3 cuartos de su totalidad, comprueban que no llenaron la plaza histórica ni mucho menos alcanzaron su propósito de llegar a esa famosa cifra del millón.
Es decir que ni lo cientos de millones de pesos que gastaron ilícitamente de nuestros impuestos alcanzaron para movilizar a la gente que ellos querían, y que en cifras reales, o sea sin acarreados, no hubieran llegado ni a la mitad, lo termina siendo más que un estrepitoso fracaso.
La marcha del acarreo de este domingo demuestra que la 4T y Morena en la Ciudad de México fueron rebasados ya por la oposición, que ni movilizando a gente a través de dinero pudieron competir contra la ciudadanía que voluntariamente está dispuesta a salir a las calles a combatir la tiranía de López Obrador y no sólo en la capital sino en todo el país, lo que abre la posibilidad real de competirle e incluso ganarle a Morena y a todo el aparato del estado en 2024, esto apenas comienza, la lucha sigue.