El presidente de México se siente renacentista y hace alusión a la cultura grecolatina para llamar a su modelo de gobierno como humanismo mexicano. Seguramente le estuvo pensando la noche anterior y tuvo una iluminación, donde Francisco Petrarca, conocido como el padre del humanismo, le dijo que su gobierno debería de llamarse, humanismo mexicano. Lo cierto es que el Ejecutivo federal no cesa en sus intenciones de pasar a la historia como un prócer filosófico y democrático, o de perdido, como el padre de la cuarta transformación.
«Aun cuando lo fundamental son los hechos, no deja de importar cómo definir en el terreno teórico el modelo de gobierno que estamos aplicando, mi propuesta será o sería llamarle humanismo mexicano. Porque sí tenemos que buscar un distintivo, humanismo mexicano», expresó, un presidente que se sintió cobijado por los miles de asistentes.
Llamó la atención que presidente López Obrador dijo que entre los principios del “humanismo mexicano” se encuentran no aceptar el “derrotismo” y que debe haber crecimiento económico con justicia, de lo contrario, sería un retroceso. Pues ojalá y que, en los próximos dos años, no sólo sea filosofía y cantaletas y en verdad haya un crecimiento económico sostenido.
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