Es por ello que 170 senadores firmaron una carta conjunta en la que condenan los ataques de Layda en contra del senador Ricardo Monreal: “No aceptamos agresiones contra ninguno de los Senadores de la República, ni de los Diputados que representan la pluralidad de la nación. Repudiamos tanto los métodos como los dichos de la gobernadora. Nos parece inaceptable que intervenga y altere comunicaciones privadas y que desde el poder haga uso de ellas para denostar a ciudadanos; que con recursos públicos patrocine una campaña de descalificación en contra de un legislador; y que viole un amparo sin ningún escrúpulo con tal de continuar con su empeño de difundir falsedades y agresiones calumniosas, entre otras conductas injustificables e ilegales”.
Como ya lo hemos dicho, Layda no va a detenerse a menos que el presidente le ponga su correa.