El presidente López Obrador sigue sangrando por la herida. Está enterado de que su reforma electoral no pasará y que su Plan B es inconstitucional. Por ello prepara un golpe, pero en contra de los consejeros, particularmente contra Lorenzo Córdova y Ciro Murayama; piensa inhabilitarlos para algún cargo público hasta por 10 años. Molesto desde la mañanera sigue bufando: «El INE no se toca ¿por qué no dijeron Pemex no se toca; CFE no se toca; la educación pública no se toca; el salario de los trabajadores; las tierras ejidales; los ferrocarriles no se tocan».
Habría que recordarle al herido presidente que los diputados y senadores también echaron para atrás su reforma energética y con ello de alguna manera le dijeron Comisión Federal de Electricidad no se toca, Pemex no se toca. Luego el tema de «la educación pública no se toca; el salario de los trabajadores; las tierras ejidales; los ferrocarriles no se tocan», habría que ver el desastre de poner improvisados en la Secretaría de Educación, como la delincuente electoral Delfina Gómez o la actual secretaria de Educación, Leticia Ramírez Amaya, que sólo conoce la “O” por lo redondo.
El daño que López Obrador le ha causado al país, sólo para mantener a sus becarios ha sido devastador; el daño por llevar a cabo obras que terminan convertidas en tianguis es más devastador. A eso también le decimos que no, le pedimos que no siga devastando el país, como devasta la selva con su Tren Maya.
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