Luis Ortiz Lbp / El presidente, Andrés Manuel López Obrador se ha despojado de la banda presidencial y ha preferido ponerse los guantes de fajador, su comportamiento de “ñero” ha quedado manifestado como aquel mexicano nacionalista y religioso, que puede soportar cualquier clase de insultos, ah pero eso sí, que no le toquen a la “virgencita” o le mienten a su jefecita porque responde violentamente.
Y es que, el tabasqueño ha creído durante muchos años, un poco más de 18, que él era el rey y amo absoluto de las marchas apoteósicas. Por eso, le ha dolido mucho la última marcha de sus opositores y gran parte de la sociedad civil, muchos de ellos, ciudadanos que votaron por él.
Pero en realidad, eso no preocupa tanto al ejecutivo federal, su verdadera preocupación es que un grupo de empresarios, sobre todo Claudio X quien no es una perita en dulce, ni es bien visto por el magisterio nacional, hayan podido despertar a gran parte de la sociedad civil de la modorra e indiferencia, Raymundo Riva Palacio le llama “la apatía histórica de la sociedad”. Esa es la mayor preocupación del tabasqueño.
Sin embargo, el presidente debe de reconocer que él es el principal culpable es él, su campaña de desprestigio e insultos antes y después de la marcha, solo lo muestra como lo que es; un presidente rencoroso, caprichudo y débil, muy débil. Ahora solo le queda demostrar que el sigue siendo el amo y rey absoluto de las marchas apoteósicas, ¡total!, para eso tiene a sus gobernadores que actúan como matraqueros y acarreadores.
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