Esta situación de enfrentamiento sólo polariza a los diferentes actores políticos. El mismo Ricardo Monreal ha reconocido que a México le urge un proceso de reconciliación nacional, pero viendo cómo se las gastan los corifeos del presidente, está difícil que se acabe esa polarización.
Es más, el propio Ejecutivo federal es el encargado de echarle leña al fuego y ha contribuido a un ambiente de polarización ciudadana en sus dichosas mañaneras donde, por cierto, ahora la ha agarrado contra los ciudadanos que marcharan contra la reforma electoral. Mal augurio para el 2024, donde la polarización podría acarrear graves consecuencias.