Bernardo Gutiérrez Parra / En casi todos los países del mundo incluso en naciones pobres como Haití, los gobiernos destinan una partida presupuestal a la Cruz Roja y a los bomberos que son vistos como héroes. En México también, además de que son respetados y admirados. Pero tienen que andar mendingando para subsistir, lo que debería avergonzarnos a todos.
Salvo en grandes y contadísimas ciudades como Guadalajara, Monterrey o Saltillo, las instalaciones tanto de la Cruz Roja como de los bomberos son deprimentes porque adolecen de casi todo: de pintura, baños, comedores, unidades dignas y un largo etcétera.
“Las colectas anuales son para que los políticos de los tres niveles de gobierno se paren el cuello a la hora de tomarse la foto, porque no te creas que cooperan con mucho. Quizá algún presidente municipal se desprenda de un billete de 200 pesos, pero la mayoría le echa uno de 50 a la alcancía”, me dijo hace apenas unos días el presidente de la Cruz Roja de un municipio sureño.
Por este funcionario supe que no todo el personal es voluntario. “Tenemos al menos diez técnicos en urgencias médicas, además de médicos y enfermeras que reciben un sueldo quincenal y ese es otro problema. Cuando las agrupaciones que nos hacen el favor de apoyarnos nos dejan sin dinero, estos jóvenes tienen que salir a botear para llevar el sustento a su hogar”.
Cuando el ataque a las Torres Gemelas los bomberos y el personal de la Cruz Roja sorprendieron al mundo no sólo por su eficacia y su forma de coordinarse, sino por la elegancia de sus carros y ambulancias. Además, cada bombero y paramédico iba equipado con todo.
Al verlos y recordar los carros de bomberos y ambulancias de mi tierra me dieron ganas de llorar. Y es que hasta hace unos años Tuxpan tenía tres ambulancias (todas con sus años a cuestas). Una estaba en el taller y dos eran los caballitos de batalla. Y en el caso de los bomberos sólo tenían una unidad para combatir incendios.
Y estoy hablando de un puerto de altura con 154 mil habitantes.
En ese tiempo el Jefe de Bomberos me llevó a recorrer el cuartel y lo que vi fue deprimente: Unidades inservibles y oxidadas, cascos despostillados, impermeables deshilachados, botas rotas, mangueras agujereadas y mal zurcidas y personal hastiado. “Tiene dos años que estamos solicitando mangueras y equipo para los muchachos, pero nos dicen que no hay presupuesto. Tampoco hay dinero para pagarnos porque nos deben dos quincenas”.
No es consuelo pero en Xalapa les fue peor. En marzo del 2019 el entonces alcalde Hipólito Rodríguez Herrero (de infaustos recuerdos), les cobró el agua y como no se la pagaron les cortó el servicio no una ni dos sino en tres ocasiones.
Este lunes los bomberos de Córdoba iniciaron su colecta anual con la que piensan reunir 800 mil pesos y me pregunté si entre los empresarios, la sociedad civil, el alcalde y el señor gobernador, no podrían reunir esa cantidad en lugar de mandarlos a botear.
Tanto los trabajadores de base de la Cruz Roja como los bomberos perciben un sueldo pero es muy menguado, como menguadas son sus instalaciones y sus implementos de trabajo. De ahí que tengan que salir a botear ante la cínica complacencia de las autoridades que se contentan con darles una limosna y sonreír para la foto.
Urge una legislación que les permita percibir salarios dignos y otras compensaciones, tanto como urge mejorar sus instalaciones y sus unidades móviles.
No es justo lector que sean héroes que salvan vidas y tengan que andar de pedigüeños.
En serio, no es justo.
Sí pagarán a los maestros
La bronca se veía venir desde el 28 de octubre en que el titular de la SEV, Zenyanzen Escobar, dijo que ni la dependencia a su cargo ni la Secretaría de Finanzas, contaban con recursos para pagar los aumentos salariales del 1, 2 y 3 por ciento otorgados a los maestros. Pero que el titular de Finanzas, José Luis Lima Franco, estaba gestionando esos recursos.
Zenyazen no mintió. El aumento llegó para los maestros federales, pero la federación olvidó a los estatales que el mero Día de Muertos tomaron las instalaciones de la SEV y poco más de veinte escuelas en demanda de ese pago.
Contra lo que pudiera suponerse ni Cuitláhuac García, ni Zenyazen y menos Lima Franco echaron el problema al olvido. Este domingo se reunieron los tres en las oficinas del gobernador para arrastrar el lápiz y con ellos estuvo la Oficial Mayor de la SEV, Selene Aguilar.
Tras la reunión Cuitláhuac escribió en sus redes: “Lo logramos” y agregó que a más tardar antes de la segunda quincena de diciembre será cuando se pague a docentes estatales el incremento salarial prometido por la Federación.
El mandatario estatal puntualizó: “Ante la garantía de que la Federación apoyará en las dos próximas semanas con una parte importante del total del déficit heredado de cada fin de año, podremos destinar a principios de diciembre algunos recursos estatales que obtuviéramos y con ello pagar lo correspondiente al incremento salarial”.
Cuitláhuac dijo que instruyó a la Oficial Mayor, Selene Aguilar, a recalcular el monto del incremento a fin de que sea retroactivo desde la misma fecha tal como los docentes federales lo recibieron y que se incluya a los trabajadores administrativos estatales.
Agregó que también instruyó al titular de Finanzas, José Luis Lima Franco, para que este lunes se trasladara a la Ciudad de México “a obtener dicha garantía”.
Y como fue.
Lima Franco escribió en sus redes: “Hoy estuvimos en reunión en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para obtener la certeza de que se iba a tener el apoyo del gobierno federal y afortunadamente sí y con esto le damos la certeza a los trabajadores del estado de que los maestros van a recibir bono de Bienestar. Con esto estaremos cumpliendo este compromiso que ha hecho el gobernador de que no hay maestros de primera ni de segunda”.
Ayer martes el titular de la SEV, Zenyazen Escobar, se reunió con 46 secretarios generales de los sindicatos estatales y les informó que el aumento lo recibirán los maestros en la primera quincena de diciembre.
A pesar de estos anuncios hay docentes que no creen y tienen razón; Javier Duarte los hizo ver su suerte. Pero será cuestión de unos días para que comprueben que no les mintieron.
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