Dice el dicho que «cae más pronto un hablador que un cojo». Esto es verdad en el caso del presidente López Obrador, quien apenas venía llegando a Palacio Nacional en calidad de presidente de México, cuando ya estaba anunciando la desaparición de los famosos fideicomisos, los cuales dijo, eran focos de corrupción. Sobre los fideicomisos López Obrador dijo que ese sistema «imperó durante mucho tiempo y esto explica el porqué de la decisión que tomamos de cancelar los fideicomisos y los fondos». Pero, así como dijo que iba a acabar con el huachicol, tampoco acabó con los fideicomisos; es más hasta les está dando utilidad.
Según «una revisión que EL UNIVERSAL hizo al proyecto del PEF 2023, el ramo 21 de Turismo destina 145 mil 404 millones 542 mil 28 pesos al Fondo Nacional de Fomento al Turismo, principalmente para la realización de proyectos de transporte masivo de pasajeros. De ese total, 143 mil 73 millones 333 mil 362 pesos serán para continuar con la construcción del Tren Maya».
Es mucho dinero para un proyecto que lleva muy poco avance, a pesar de que se dijo que en 2023 iba a estar finalizado. Además, por lo que se ve, no serán las clases pobres la que utilizarán este medio de transporte, pues con lo caro que está saliendo, sólo lo podrá ocupar la clase fifí, esa clase tan odiada por el presidente López Obrador.
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