Es por ello que Peña Nieto ha decidido quedarse en España, donde reside desde que iniciara el gobierno de la Cuarta Transformación: «Me planteo residir en España de forma permanente y visitar ocasionalmente México, que es mi patria y amo entrañablemente». Dice el expresidente que también lo hace por respeto al tiempo del presidente López Obrador, y a que piensa «desvincularse de la vida política mexicana».
¡Sí, cómo no! Peña Nieto sabe que en el momento en que se descubra más corrupción en el gobierno de López Obrador, o quizá el día que se le descubran más casas a sus hijos o más sobres a sus hermanos, el presidente va a necesitar un chivo expiatorio, y ese chivo no quiere ser él. Como quien dice: «El miedo no anda en burro».