El presidente Andrés Manuel López Obrador cree que porque él diga que alguien es integro, este en automático lo es. Esa ha sido su costumbre. Hoy quedo de manifiesto al inculpar y meter las manos al fuego por Alejandro Encinas Rodríguez, luego de que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) pusiera en duda, la autenticidad de los mensajes de WhatsApp que se usaron en la investigación sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Guerrero.
“Le tenemos toda la confianza a Alejandro Encinas, es un hombre íntegro, correcto e incapaz de falsear información y se tienen todos los elementos para sostener la investigación”, dijo esta mañana el ejecutivo federal. Lo que el primer mandatario no entiende es que nadie está acusando a Encinas de falto de integridad, sino que lo que se cuestiona es que es un muy malo para investigar.
Al menos el mismo reconoció que las 467 capturas de pantalla que supuestamente contenían conversaciones de WhatsApp sostenidas por presuntos responsables de la desaparición de los normalistas, no todas fueron examinadas por peritos. Lo grave del caso, para la 4T, es que estas Involucraban a varios militares en los hechos, y eso no le gustó nada a los jorocones de la Sedena. Algo apesta en la investigación de Ayotzinapa.
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