Ocurre que, para dar realce a un evento cívico ya sea municipal, estatal o federal, los organizadores piden cuatro o cinco grupos de alguna escuela secundaria o preparatoria cercana a donde se lleva a cabo el evento. Ocurre que a veces el evento se lleva a cabo a pleno sol. Ocurre que a veces el funcionario público suele ser impuntual y llega con una o dos horas de retraso. Ahí están los niños, algunos sin desayunar, a pleno sol en posición de firmes. Para colmo, ni siquiera les han dado de desayunar. ¿Cuáles son las consecuencias? Pues que los niños no aguantan y se desmayan. Y basta con que uno se desmaye para que otros sigan.
Eso fue lo que ocurrió en Álamo Temapache, donde tuvieron desde las 7 de la mañana a un grupo de alumnos de la Escuela Secundaria Técnica Industrial (ETi) Número 67. Al menos 28 alumnos se desmayaron. Lo grave es que como han surgido noticias sobre alumnos intoxicados, los padres de estos niños corrieron a buscarlos pensando que los habían intoxicado. Al final sólo fue el desmayo por la insolación y el cansancio.
A los menores se les dieron los primeros auxilios y fueron llevados al hospital. El reporte dice que «los alumnos se encuentran estables y permanecerán en vigilancia hasta que su médico tratante determine su egreso hospitalario». Las asociaciones de padres de familia deberían intervenir para prohibir que los alumnos sean llevados como bultos a los eventos cívicos. Y si los llevan, que al menos les invien un buen desayuno. ¡Ojetes!
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