Resulta contradictorio que el gobierno del presidente López Obrador siga empeñado en que los militares sigan en las calles, cuando por otro lado insiste en continuar con una política de «abrazos y no balazos» y es que los especialistas en tema de seguridad se preguntan qué caso tiene tenerlos en las calles si éstos son sobajados y humillados por grupos delincuenciales. Lo cierto es que regresar a los militares a los cuarteles y disminuir los homicidios dolosos hasta en 50 por ciento, son algunas de las promesas de este gobierno que no se han concretado.
Para ser exactos, en 2010 López Obrador se pronunció en contra de que se utilizara al Ejército en tareas de seguridad. «No es con el Ejército como se pueden resolver los problemas de inseguridad y de violencia. No se necesita al Ejército en las calles, no podemos aceptar un gobierno militarista», dijo entonces en un video. Hoy, a casi dos años de que concluya su gobierno, la lucha contra el narcotráfico parece perdida.
No olvidemos que el presidente López Obrador tomó las riendas del país con 33 mil 740 homicidios dolosos, sin embargo, ese delito no ha tenido las disminuciones proyectadas: el 2019 cerró con 34 mil 689 muertes violentas, el 2020 con 34 mil 555 y sólo el 2021 tuvo un ligero descenso al cerrar con 33 mil 318 eventos. Sin embargo, en estos últimos dos meses, las muertes violentas se vuelven a incrementar.
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