A un año de haber tomado la Rectoría, el insustancial Martín Aguilar Sánchez, rector de la UV no había atendido el problema, antes bien lo había ignorado. Las consecuencias ya se dieron. Como manejo de crisis las medidas desesperadas y el “atole con el dedo”. Ya renunció la secretaria académica Elena Rustrián Portilla, y aunque digan que la renuncia no tiene que ver con las protestas de los alumnos, a la señora no se le podía ocurrir mejor momento para dejar su oficina.
El agresor de Humanidades que quiso con una navaja quitar el cartel con su nombre donde se le acusaba como acosador y agresor ya fue expulsado después de una pausa de 3 días de la Juna Académica que estaba viendo su caso. Y finalmente, “atolito con el dedo”. Después de un año de omisión y desdén, el insustancial rector Aguilar Sánchez ahora dice que se atenderán todos los reclamos de los estudiantes: “Trabajamos para dar puntual respuesta a sus peticiones”. Si no hizo nada en 12 meses, todo lo piensa arreglar en unos cuantos días. Así de insustancial.