Edgar Hernández* / Revelación tras revelación, escándalo tras escándalo y los borbollones de dinero en efectivo contenido en maletas millonarias.
Son las corruptelas de la 4T a flor de piel, una piel, la de Morena, purulenta, una piel que arroja pus todos los días, una dermis que lleva como cabeza al “Rey del Cash”, hoy al descubierto por una de dentro, por Elena Chávez, ex pareja sentimental de Cesar Yáñez, mano derecha de AMLO.
Es la feria de las maletas llenas de millones para el jefe, vaya usted a saber si en realidad fueron para la causa electoral pejista o para su bolsillo.
El leitmotiv, sin embargo, es que las maletas millonarias estaban destinadas a construir el camino a la Presidencia de López Obrador, un camino que se hizo a base de cañonazos de dinero.
Es un camino que empezó a construirse a partir del 2006, cuando en la era Salinas, el Jefe de Gobierno, Manuel Camacho Solís negoció, vía maletas millonarias -9 mil millones de pesos-, el retiro de López Obrador y seguidores, del Zócalo capitalino en plantón por presunto fraude electoral en Tabasco.
Un monumental moche entregado por Marcelo Ebrard, operador de Camacho Solis, a López Obrador.
Al paso del tiempo Ebrard, sucesor de López Obrador en la jefatura del gobierno capitalino, pagaría la deferencia con renovadas maletas millonarias.
Responsable de contumaz tarea sería su tesorero Mario Delgado –hoy dirigente de Morena- en ese entonces mensajero de los moches para el PEJE, según el libro “El Rey del Cash”, en circulación, como pago a la jefatura de gobierno de la ciudad de México.
Así se fue tejiendo la dinámica de institucionalizar las maletas millonarias que un día tocaría a Veracruz el pago al “Rey del Cash” por la gubernatura al Cui.
Inició formalmente en 2016 cuando AMLO determina que los mensajeros de la las maletas millonarias de Veracruz, serían Rocío Nahle y Cuitláhuac García, una vinculada al crimen organizado –según se ha hecho público sin desmentido de por medio- y el otro, el gran recaudador de parte del gobierno denunciado por Miguel Angel Yunes Linares.
Ya para el 2018 institucionalizadas las maletas millonarias y teniendo como fuente de abasto el presupuesto del gobierno del estado, el mandatario acudió a dos formas de entrega, una a través del subejercicio y la otra presuntamente en efectivo a cada visita presidencial sorpresa a Veracruz, van 17.
Modus operandi del Cui.
Para llenar las maletas acudió a rebanar 500 millones al Poder Judicial, y reducir el salario de los magistrados; exigir al Congreso del estado bajar el salario y compensaciones a diputados lo cual afectó el 50% de sus percepciones.
Se determinó asimismo abrir decenas de nuevas plazas de aviadores en el gobierno del estado, los poderes Legislativo y judicial, los ayuntamientos y organismos como ORFIS, CEDH, IVAI, el Consejo de Desarrollo del Papaloapan, el DIF, el Régimen Estatal de Protección Social en Salud, la Academia de las Lenguas Indígenas y el Instituto del Deporte, entre otros.
La idea era cotizar nuevas plazas en donde al personal de nuevo ingreso se les controla su tarjeta de nómina de pago de donde directamente se les quita las dos terceras partes del salario. Es decir, si ganabas nominalmente 20 mil, te daban ocho mil en efectivo.
Era y sigue siendo dinero “cash”, al que se suma el jineteo del dinero público en bancos y los subejercicios presupuestales.
Eso es lo que se observa en el gobierno de Cuitláhuac que tiene sumido a Veracruz en la peor de las crisis que se tenga memoria.
No hay obra pública, tampoco atención asistencial y no carece de apoyo a programas educativos, médicos. Ya no hay Seguro Popular, ni apoyos educativos o culturales; menos becas a estudiantes ni seguridad pública.
En consonancia al plan de austeridad con maletas llenas, se decide abrir la puerta a los Cárteles que en pago a favores recibidos desde el 2018 se hacen cargo de buena parte de los 212 municipios, no en apoyo, sí en extorsión, cobro de piso, huachicoleo, secuestros y control de las tesorerías municipales.
Con la idea fija en mente desde Palacio Nacional de poner a los pendejos e iletrados –y uno que otro gay- el los más importantes cargos de elección popular y mandos medios y superiores, es que se logra el control del poder y, fundamentalmente del dinero.
Todo vía sumisión.
Nunca contaron, sin embargo, con que la ambición mata al gato.
A la vuelta del último tercio del gobierno federal y estatal, desde Estados Unidos, se corre el velo de las corruptelas en el gobierno de López Obrador y las de sus virreyes, vía Operación Guacamaya.
En Veracruz, según información de SEDENA, queda al descubierto que el Cartel Jalisco Nueva Generación paga a los tres niveles de gobierno; que seis grupos delictivos controlan el robo de hidrocarburos, la industria del secuestro, la extorsión, el robo a transportes de carga de combustible de vehículos, el abigeato, narcomenudeo y tráfico de indocumentados.
Según el CERFI –Centro Regional de Fusión de Inteligencia de la SEDENA) que por cierto de manera por demás sorpresiva hace público el Diario de Xalapa, de siempre aliado a los gobiernos en turno, muestra el mapa del reparto del territorio veracruzano a 6 cárteles.
El corredor Antigua, Veracruz, Boca y el sur de la entidad, así como Tres Valles, Tierra Blanca y Naranjos son para el CJNG; la zona norte queda bajo control del “Grupo Sombra”; al Cartel del Golfo tocó Ixcatepec y la zona petrolera de Cerro Azul, mientras que “35Z” guarda presencia en Emiliano Zapata, Coatepec y Banderilla.
“Zetas Vieja Escuela” y “Nueva Sangre Z” que tienen plazas menos han buscado congraciarse con el gobierno para que so pretexto de buscar plazas para el Cartel de Sinaloa, se aliaron con el del Noreste desatando una guerra entre pandillas.
En paralelo, escribe el columnista de alto prestigio Mussio Cárdenas Arellano, que “el gober pro narco quedó desnudado por el Ejército”.
Reseña apoyado en documentos de la SEDEA, que Cuitláhuac García tocó los negocios del CJNG luego de amenazarlos. Su fórmula genial, sin embargo, desató la guerra entre cárteles al tocar al Mencho -Nemesio Oseguera Cervantes-, capo mayor, capo mayor, capo criminal del CJNG, y a sus enclaves en el sur, activar el infierno.
“El Mencho, hizo correr a la Fuerza Civil, las patrullas conducidas a velocidad de ráfaga, volando como alma que lleva el diablo, mientras por la radio se filtraba el miedo, la voz del policía que temblaba, el reclamo por no ver que llegara el apoyo para repeler la agresión”.
“Puro Cartel Jalisco, putos” gritaban los malandros.
A todo ello y por respuesta el gobernador pide se investigue la autenticidad de la información pretendiendo ignorar que son documentos oficiales de la Secretaría de la Defensa Nacional, no versiones periodísticas.
Son declaraciones de Cuitláhuac para salir al paso ya que bien sabe que más que presentar una denuncia ante la Fiscalía, corresponde a la propia autoridad llamarlo a que responda por tan grave delito de colusión con el crimen organizado.
Esa es la realidad que vive México.
Hoy no podemos quejarnos: El Peje y sus cómplices prometieron un cambio que, en efecto, llegó.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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