A algunos narcotraficantes los tienen bien fichados, conocen sus movimientos, sus empresas y los golpes que han asestado en combates contra el Ejército y las policías estatales. Uno de ellos es “El Fresa”, José Alfredo Hurtado Olascoaga, quien después de la masacre en San Miguel Totolapan salió en un video muy ufano a decir que la masacre ocurrió porque él era el objetivo: «El atentado era contra mi persona y, por supuesto, contra Conrado y contra su papá. Alguien de ahí del pueblo, no sé quién, no sabemos quién, fue el que traicionó. Tenían la gente adentro».
De acuerdo con reportes periodísticos «El Fresa oculta su actividad criminal haciéndose pasar por empresario textil, propietario de la marca de ropa HH Clothing. Pero es conocido por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) por otros motivos, como su poderío e historial de emboscadas a la policía. Muestra de su poder en Edomex son sus casas de seguridad, centros de operaciones y ranchos. En julio de este año la FGJEM aseguró cuatro inmuebles pertenecientes a los hermanos Hurtado Olascoaga ubicados en los municipios de Tlatlaya, Amatepec y Villa Guerrero».
Lo tienen bien fichado, pero lo han dejado operar por años; lo han dejado acumular una riqueza considerable. ¿Por qué no lo han aprehendido? Pues porque es muy común que estos líderes tengan pactos de protección con autoridades federales, estatales y municipales. Por eso “El Fresa”, José Alfredo Hurtado Olascoaga, aparece en un video y hasta dice dónde vive, porque está seguro que por él no va a ir la autoridad.
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