Habría que decirle a la diputada trans que cuando uno es parte de una institución, ya sea una universidad, una empresa o la Cámara de Diputados, es necesario seguir un código de ética o un código de conducta que obliga a los miembros a comportarse de una cierta manera.
Habría que recordarle a esta diputada que el artículo 10 del Código de Ética de la Cámara de Diputados anota que «las y los Diputados del Congreso, éstos deben atender las normas conductuales siguientes: I. Respeto. Actuar con orden y decoro en todas sus acciones, utilizando un lenguaje acorde con la dignidad parlamentaria, eliminando el uso de expresiones vulgares, despectivas, degradantes o soeces, y procurando en todo momento que el trato con todas las personas sea amable y respetuoso, independientemente de su condición». Pero mientras Morena le permita ese tipo de conducta ella podrá seguir haciendo de su vida un papalote, aunque con ello arrastre el prestigio de toda una institución.
«Los derechos humanos me respaldan, la Constitución me respalda, no necesito a nadie más», dijo la diputada morenista María Clemente tras la publicación de videos explícitos en su cuenta de Twitter.
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— Ruido en la Red (@RuidoEnLaRed) October 5, 2022