Para declarar a Pablo Lyle como culpable no se necesitan muchos testigos, sólo los dos videos que muestran la alevosía con la que Pablo Lyle y su cuñado actuaron en contra de Juan Ricardo Hernández. En el primer video se ve como el cuñado que maneja el auto en el que viaja con Pablo Lyle se cambió de carril y obliga a que el hombre de 63 años frene repentinamente. Juan Ricardo persigue al conductor imprudente y cuando está en un alto se baja de su auto, se adelanta para increparlo. En el segundo video, el incriminatorio. El adulto mayor reclama la maniobra imprudente del esposo de la hermana de Pablo Lyle, Lucas Delfino, un arquitecto que trabaja en la ciudad de Miami.
El arquitecto enfrenta al adulto mayor, pero se da cuenta que el auto avanza pues no puso el freno. Entonces Pablo Lyle se baja por el lado del copiloto del auto y sin más se lanza contra el hombre de 63 años, le da un duro golpe en el rostro; Juan Ricardo Hernández, un hombre de 63 años de origen cubano cae, se golpea en la cabeza, a los pocos días muere. Fueron alevosos los dos, tanto Pablo Lyle como Lucas Delfino, quien también debería estar en la cárcel.
Ahora los medios ponen a Lyle como una víctima, quien tuvo una disputa con un hombre y se defendió. No hubo tal disputa, el hombre reclamó una maniobra imprudente de un conductor y Lyle, sin razón alguna salió y lo asesinó; así ocurrieron las cosas. Dejen de venderlo como inocente porque no lo fue, eso ya lo dictaminó una juez. Ahora, por esa conducta alevosa, impulsiva, tendrá que purgar cuando mucho 10 años de prisión.
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