En uno de los videos donde se ve practicando sexo oral anota: «Este papacito me pasó a venia bien cansado de la chamba y le di unas chupadas y un masaje para que llegara relax a su cantón. Uff». La diputada morenista ha respondido a los que critican su “indecente” exhibición: «Está señora está frustrada porque yo si acepto mi color de piel, no como ella que se cree blanca, frustrada porque yo si tengo fuero y ella no, está frustrada porque yo si tengo sexo y ella no, está frustrada porque mi @PartidoMorenaMx es más chingón que el suyo. Pobre loca».
En uno de los rubros de este Código de Ética se anota que los diputados deben ser ejemplo público: «Observar, frente a las críticas del público y de la prensa, un grado de tolerancia superior al que, razonablemente, pudiera esperarse de una persona que no ejerce un cargo público». Pero la diputada se defiende señalando que es su cuerpo, que es su sexualidad. En eso tiene razón, pero, ¿se vale que un representante del pueblo se exhiba de esa manera? Por supuesto, la diputada de Morena sabe que su partido no la va a sancionar, porque su partido “es más chingón” que los demás.