*Son miles de archivos secretos en poder de “Guacamaya”
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / NO DEBERIA sorprender a nadie el reciente hackeo que sufrieron los archivos de la Secretaría de la Defensa Nacional y la consecuente sustracción de información, alguna, seguramente, de seguridad nacional, cuando la dependencia, pretextando una mal llamada austeridad republicana con tendencia a pobreza francisca se ha negado a actualizar los sistemas cibernéticos muy a pesar de los archivos que custodia, y que hoy comienzan a filtrarse a la opinión pública, poniendo en evidencia la frágil salud del Presidente Andrés Manuel López Obrador, contratos de obras no del todo transparentes para la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y el Tren Maya, entre otras obras faraónicas, y aunque ahora legisladores federales de MoReNa –y de otros partidos- reconocen que se debe actualizar el rezagado marco jurídico en la materia, golpe dado ni Dios lo quita. De acuerdo a informes confiables, el más reciente intento naufragó hace 19 meses, en la pasada Legislatura, cuando una propuesta de Morena prendió alarmas por riesgos a la libre expresión en redes digitales. Ahora, el esfuerzo es más incluyente, con trabajo entre diputados, senadores y consultas a diversos sectores: Fuerzas Armadas, el gabinete de seguridad, representantes de la sociedad civil y de la iniciativa privada, aunque ya desde el 2020 la Auditoría Superior de la Federación (ASF) había advertido que la Secretaría de la Defensa Nacional estaba expuesta a hackeos y nadie hizo caso de las advertencias ni se invirtieron recursos para fortalecer los mecanismos de protección. Y es que en la auditoría con clave 2020-0.1.07100-20-0068-2021, la ASF dejó en claro que “existen deficiencias en los controles de ciberdefensa para la infraestructura de hardware y software de la secretaría”, y fue en ese tiempo que diputados de la Comisión de Vigilancia y Auditoría llamaron a los tres niveles de gobierno a atender las observaciones de la ASF, para evitar ciberataques que comprometieran la seguridad nacional.
AHORA, LUEGO de que el grupo de hackers Guacamaya vulneró los sistemas de la Sedena para sustraer miles de documentos confidenciales, entre ellos algunos que dan detalles que no habían sido revelados sobre la salud del presidente Andrés Manuel López Obrador, lo que fue reconocido por el propio titular del Ejecutivo federal al confirmar el 2 de Enero tuvo síntomas inminentes de un infarto mientras estaba en su quinta de Chiapas, ante lo cual tuvo que ser trasladado de emergencia al Hospital Central Militar, en la CDMX, el tema a preocupado a más de tres por más que el secretario de Salud, Jorge Alcocer, asegure que López Obrador tiene buena salud y podrá terminar el sexenio (cual si fuera señor y Dios padre).
LOS EXPERTOS indican que la extracción de información, de 6 terabytes pudo haber durado entre 48 y 72 horas, de lo que nadie se percató pese a que la SeDeNa presumía un sistema seguro de ciberseguridad, no obstante que la Auditoría Superior de la Federación reportó que había deficiencias en los controles de ciberdefensa para la infraestructura de hardware y software, y esto ocurrió desde 2020, cuando puso en evidencia la debilidad de la dependencia en la materia. Por ello los integrantes de la Comisión de Vigilancia y Auditoría de la Cámara de Diputados llamaron a las autoridades e instituciones de los tres niveles de gobierno a atender las recomendaciones que la ASF les hace, para evitar situaciones lamentables como la que ahora se presenta para la seguridad nacional, y al abordar en asuntos generales, el caso del hackeo al Ejército Mexicano, se citaron las observaciones que el órgano de fiscalización realizó en la auditoria de cumplimiento con clave 2020-0.1.07100-20-0068-2021. En ese sentido, el diputado Hiram Hernández Zetina (PRI) dio lectura textual a la recomendación que hace dos años registró la ASF:
“Existen deficiencias en los controles de ciber defensa para la infraestructura de Hardware y software de la Secretaría”, y por ello reprocha: “ahora estamos viendo que pese a las advertencias y al hallazgo de la Auditoria Superior de la Federación, se filtraron miles de documentos de la SEDENA. Es una consecuencia grave. Nosotros como Comisión de Vigilancia y como legisladores debemos de estar pendientes de estos hallazgos y presionar al Ejecutivo Federal y a los Ejecutivos estatales a que tomen en consideración todas estas observaciones”.
AHORA BIEN, Guacamaya, el grupo de hackers que se atribuye la extracción de seis terabytes (TB) de información de la Secretaría de la Defensa Nacional, se define como protector de la naturaleza y la vida. Además de México, en las últimas semanas ha vulnerado la ciberseguridad de organismos militares y policiales de gobiernos en América Latina como Perú, Chile, Colombia y El Salvador. Esto, como parte de una campaña que denominan Fuerzas Represivas, que tiene por objetivo “comprometer sistemas de fuerzas militares y policiales de América Latina, para posteriormente filtrar información sensible que ejemplifique cómo los estados hacen uso de estos recursos para reprimir y someter a los pueblos”. Antes, este mismo año, Guacamaya había actuado contra empresas mineras y petroleras del continente, de acuerdo con información del portal http://enlacehacktivista.org.
EN UN mensaje que el 19 de septiembre los hackers enviaron a dicha web, dedicada a documentar actividades de hackeo, declaran su lucha contra las intervenciones militares y la operación de mineras y petroleras en el territorio de “Abya Yala”, como denomina a América. “No somos defensores de la naturaleza, somos la naturaleza”, se titula el comunicado, en el que afirman que los ejércitos militares y las fuerzas policiales de Abya Yala apuntalan el dominio del imperialismo norteamericano. “Son garantía de la presencia extractivista del Norte Global. Son fuerzas represoras violentas, criminales en contra de los propios pueblos y sus organigramas piramidales internos de poder también son repudiables”.
EN JUNIO de 2020, el presidente López Obrador dijo que, por la austeridad, no se comprarían computadoras, muy a pesar de que Petróleos Mexicanos fue objeto de un ataque con ransomware por parte del grupo DoppelPaymer, que exigía además el pago de 565 bictoins. A finales de febrero se reportó un ataque cibernético en la Secretaría de Economía, por lo que se suspendieron los trámites en curso. El 28 de mayo hackers lograron ingresar a los archivos de la Lotería Nacional y sustrajeron diversos documentos. La Secretaría de Salud no se salvó de ataques a sus servidores, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Ciberseguridad (AMEC). Y todo esto sucede por una mal entendida austeridad que todo lo limita con la finalidad de que el Presidente puede tener recursos siempre para seguir comprando consecuencias de votantes. Vaya indolencia oficial que pone en riesgo al País. OPINA [email protected]
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