Aurelio Contreras Morena / Ante su incapacidad para argumentar con seriedad y una ausencia absoluta de vocación democrática, el régimen de la “4t” decidió usar prácticas mafiosas para obtener lo que quiere.
Aprovechando las debilidades, flaquezas, ambiciones y corruptelas de varios integrantes de la oposición –que encarnan fehacientemente las razones por las que en 2018 la población arrebatadamente se decantó por un cambio que ha resultado en más de lo mismo y hasta en algo peor-, el lopezobradorismo configura lo que podría ser un golpe letal para la democracia y las libertades individuales en México.
Así como “dobló” a Alejandro Moreno Cárdenas mediante la amenaza de llevarlo a la cárcel para que fuera el PRI quien presentara y apoyara la iniciativa de reforma constitucional que prorroga la presencia del ejército en tareas de seguridad pública hasta 2029, este martes abiertamente se lanzó a la “pepena” de senadores para intentar alcanzar la mayoría calificada en la Cámara alta y consumar la militarización total del país.
Y en un alarde de mañas y deshonestidad política, Morena cooptó a un senador panista, Raúl Paz Alonzo, quien apenas hace una semana subía mensajes a sus redes en contra de la militarización y que de un día para otro decidió que no había nada mejor que volverse lacayo del presidente Andrés Manuel López Obrador, como él mismo admitió para “justificar” su falta de probidad.
Obvio, no fue gratis. Además de la aspiración conocida del hoy traidor a sus electores por ser presidente municipal de Mérida, nuevamente el régimen aprovechó los “esqueletos en el clóset” para hacer labor de “convencimiento”: su hermano Ricardo Paz Alonzo está señalado como presunto responsable del feminicidio de su pareja. Con el “chaquetazo”, al igual que el impresentable “Alito” Moreno, el ahora ex panista compró impunidad.
Sin duda, la bajísima calidad moral de buena parte de los integrantes de la oposición le pone fácil el camino a la autoproclamada “cuarta transformación” para encontrarles su “talón de Aquiles”, ponerlos contra la pared y no dejarles de otra más que doblar la cerviz, traicionando no solamente a sus aliados, sino principalmente a los ciudadanos que los votaron pensando que defenderían la plataforma que ofrecieron en campaña.
Con oposiciones así, es imposible construir opción ni alternativa política alguna que sea viable para un electorado de por sí desilusionado del sistema y que cada vez parece más dispuesto a sacrificar sus derechos democráticos para canjearlos por dádivas.
Pero definitivamente lo que representa el morenato no es mejor. No solo encamina al país a un desastre económico, social y humano, sino que ha re-normalizado la extorsión y el soborno como manera de gobernar.
Su discurso anti-corrupción es totalmente falaz en cuanto que en realidad solo se castiga al corrupto si no se somete al régimen, pero si lo hace, se le deja impune y hasta se le premia. El esfuerzo personal no es apreciado y solo se recompensa la renuncia a la dignidad y al pensamiento crítico propio para convertirse en infame clientela.
Ése es el país que construye la “4t”.
El momento de la verdad
Las próximas horas son clave. Se verá si aún queda oposición en México o si decididamente el sistema de partidos –con su clase política incluida- se va a la mierda.