Alberto Calderón P.* / Vemos a nuestra existencia como producto de la evolución, de la marcada influencia cultural que nos brindan las religiones, siempre sorprendidos por lo que nos pueda deparar el futuro, pero en realidad estamos aquí por casualidad.
Si no hubiera caído esa enorme piedra hace 65 millones de años que venía directo a la tierra a una velocidad de treinta kilómetros por segundo viajando por el espacio, penetrando a la atmósfera que al traspasarla se convirtió en una enorme bola de fuego, con una caída brutal cuyo impacto en la zona de Yucatán provocó la perforación de unos veinte kilómetros aproximadamente, provocando enormes olas que se elevaron hasta 5 kilómetros bañando extensas superficies. Con el impacto se liberaron turbias natas de cenizas que aunado a los más de setecientos volcanes que reaccionaron haciendo erupción emanando gases y sustancias que contribuyeron a cubrir los rayos del sol, se generaron extensos incendios mientras la lava avanzaba entre diversos territorios, la tierra fue quedando en penumbras, como lo hemos visto en diversos documentales: maremotos, movimientos telúricos y otros fenómenos se desataron en un momento subiendo en gran medida la temperatura, al terminar esa sorprendente reacción del planeta suponemos que el silencio, la soledad aunado a esa sombra que impedía el calor, la temperatura bajó considerablemente, así permaneció el planeta por meses, quizás años por eso esos grandes animales que poblaron este tercer planeta del sistema solar no sobrevivieron, solo lo hicieron algunos reptiles y pequeños animales que lograron resistir aquellas tremendas circunstancias.
De esos pequeños mamíferos evolucionamos nosotros, millones de años más tarde apareció el linaje surgió el homo sapiens, es curioso saber que en realidad si hubiera sido por el enorme asteroide, nosotros no hubiéramos figurado en la faz del planeta, ese acontecimiento nos ha llevado a lo que somos. Ya instalados en la tierra hemos pasado por acontecimientos de extinción masiva de los que por fortuna hasta ahora salimos airosos como la irregular era glaciar que se dio entre el año de 1305 a 1315 que poco faltó para exterminar a la población europea, la peste bubónica provocada por las pulgas infectadas que provocó más de 50 millones de muertes en Europa durante la edad media, recientemente la pandemia provocada por El Coronavirus, que ha dejado hasta el momento alrededor de 6 y medio millones de fallecidos, más un número no especificado de muertos por causas colaterales debido a la falta de atención por otras enfermedades.
Después de este panorama un poco ácido y descrito a enormes saltos históricos y evolutivos, la conclusión queda en el aire si lo comparamos con la armonía del universo al pensar en nuestra ausencia si el asteroide no hubiese impactado el planeta, la vida apenas sería distinta en el universo, no imaginamos otra evolución distinta a nuestra realidad, quizá hubieran existido, saurio sapiens u otras especies. Pero estamos aquí y debemos cuidar nuestro planeta, es lo único que tenemos.
*Integrante de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).
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