Los agentes comunicaron que distintas partes del cuerpo habían sido devoradas por algún animal; incluso anotaron que el cráneo, cuello y pecho estaban muy descompuestos. Cabe destacar que la mujer de 54 años de edad era entrenadora profesional de mascotas, en su departamento había varios perros de las cuales se sospecha arrancaron partes del cuerpo de Sarah.
Respecto a su muerte la hija de Sarah dijo que su madre sufría de dolores fuertes de espalda y en los últimos tiempos se inyectaba morfina para amenizar el dolor. En la autopsia encontraron que en el cuerpo de la hoy occisa había una basta cantidad de morfina por lo que se considera que su muerte tenga que ver con la automedicación de morfina. La policía continúa investigando.