Conforme pasa el tiempo nos hemos dado cuenta que López Obrador se traga sus propias palabras. Cuando se refería a Carlos Loret de Mola, y con el afán de denostarlo, decía: «Miente como respira». Cuatro años después los mexicanos nos hemos dado cuenta que el presidente de México es el que miente constantemente. Hace unos días el presidente declaró: «Estoy obligado a informar por ética y por honestidad que en los últimos dos sexenios, los grandes contribuyentes se beneficiaron con condonaciones por 366 mil 174 millones de pesos». El presidente agregó: «Ahora, por el contrario, no existe el ofensivo privilegio de las condonaciones. Estamos cobrando deudas vencidas y no se tolera el fraude fiscal. Esto es posible cuando se actúa con honestidad y honradez, cuando se tiene autoridad moral y autoridad política». Miente como respira, el presidente.
Nos enteramos que el SAT protegía como “secreto fiscal” la información sobre la solicitud de la empresa Argos de Epigmenio Ibarra para la condonación de impuestos. Sin embrago, el Instituto Nacional de Acceso a la Información determinó que el Sistema de Administración Tributaria está obligado a informar sobre esta solicitud para condonar impuestos a unos de los apologistas de López Obrador.
«El sujeto obligado (SAT), deberá proporcionar versión pública de los escritos de solicitud de condonación, sus anexos y de los oficios de resolución, el nombre del representante legal de la empresa que solicitó la condonación fiscal, la autoridad a la que va dirigido, hechos y circunstancias relacionados con el propósito de la promoción, el acreditamiento de la representación de las personas físicas o morales y la firma del contribuyente o del representante legal». Como el lector puede ver, en este sexenio sí hay empresarios privilegiados, esos que lanzan porras a la Cuarta Transformación.
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