El “sapo” de doña Inés Romero Cruz. En el Poder Judicial no tienen para “sapos”, escobas y pintura, pero que tal para las empresas fantasma

La magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Isabel Inés Romero Cruz FOTO: MIGUEL ÁNGEL CARMONA/FOTOVER
- en Avenida Principal, Carrusel

¿Qué cosa es el “sapo” que tanto repite la presidenta del Tribunal de Justicia de Veracruz? Dice doña Inés Romero Cruz: «Todo, todo, quieren que se lo hagamos, ¡no hay dinero, por Dios! No hay dinero para estar poniéndole el sapo al canijo baño. O de verás, Juez, Juez, si algo hace falta y cuesta barato, ¡coopérense!». El “sapo” no es otra cosa que el flotador, ya sea de una taza de baño o de un tinaco de agua. Doña Inés se enoja porque para todo le piden, para escobas, para pintura y hasta para “sapos”. Pues qué esperaba la señora, si para eso está, para eso le aprueban un presupuesto, para tener en todo el año el dinero suficiente para cualquier tipo de contingencia.

¿Acaso en el Poder Judicial no diseñan su PROA (Programa Operativo Anual) para que se los aprueben? En ese programa operativo debe estar incluido un presupuesto para ese tipo de enseres, desde escobas hasta “sapos”. Dice doña Inés: «Que el sapo ya no sirve, ¿cuánto cuesta el sapito ese para ponérselo al tanque de agua?, a veces me da hasta coraje cuando hablan, porque a la maestra Joana (la administradora del Poder), ya la traigo de arriba para abajo. ¿Qué ustedes no lo pueden hacer?».

Precisamente, la administradora y ella son las responsables de las malas condiciones de las salas y edificios del Poder Judicial. No les alcanza para “sapos”, pero que tal para pagar a empresas fantasma.

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